Rosario
Central se quedó con el clásico rosarino del Apertura 2007, sin embargo el
partido quedará en el recuerdo por un hecho insólito del marcador lateral del
conjunto canalla.
Cuando
iban poco más de 40 minutos del segundo tiempo del clásico entre Newell’s y
Rosario Central, Emiliano Papa tuvo una actitud repudiable.
El
jugador se molestó porque le tiraron piedras, entonces tomó una y le devolvió un proyectil a la hinchada de la lepra, que
estaba cerca de él. No sólo fue una actitud repudiable del lateral, sino que
forma parte de un acto infantil para un jugador de fútbol.
Federico
Beligoy, árbitro del encuentro, estaba a pasos del volante-lateral y fue
testigo directo de la agresión. Por eso, Papa vio la roja y dejó a su equipo con
nueve jugadores, ya que Central estaba con 10 por la expulsión de Gervasio Núñez, quien vio la roja por un tremendo planchazo a Hernán Bernardello.
Finalmente,
el elenco canalla se quedó con la victoria y días después, Papa, ya en frío, brindó sus disculpas por su mala actitud. Esto
fue lo que dijo: “Estoy
muy arrepentido de lo que pasó. Me disculpo con la gente”, arrancó, una vez
finalizado el primer entrenamiento luego de la victoria auriazul ante Newell’s.
“Nunca en
mi vida me sucedió una cosa así porque encima de que había sufrido un golpe, me
tiraron un par de cosas. Me apuraban para que me levantara rápido y reaccioné.
Quizá tendría que haberme quedado en el piso y se suspendía el partido”, contó
sobre la escena que luego le hizo ganar la roja.
Sobre la
posible sanción, el jugador manifestó: “Tienen que verlo desde todos lados. Yo
no tengo antecedentes de ser violento. Es más: me he bancado que me peguen y
hasta que me fracturen, nunca dije nada”.